- Espera, ¿hermanos? -

... Cree que la verdad la hará libre, y que Miquel es quien puede dársela.

Con el tiempo, su relación de Nuria con Miquel se torna física. Se convierten en amantes por desesperación, por soledad. Ella busca venganza contra Julián y Penélope a través de ese vínculo, mientras Miquel, consciente del engaño, se aferra a ella porque no tiene nada más. Él bebe cada vez más, y muchas veces ni siquiera puede hacer el amor. Aun así, siguen juntos, atrapados en una farsa dolorosa. Una noche, tras casi un año de su regreso de París, ella le exige a Miquel que le cuente la verdad sobre Penélope. Él, borracho y fuera de sí, la insulta, intenta forzarla, pero al ver que ella no se resiste, se derrumba y le pide perdón. Ella también le pide perdón. Finalmente, él accede a contarle lo que sabe, pero incluso en eso le falla.

Miquel confiesa que el día en que ayudó a Julián a escapar a París ya sabía que Penélope nunca acudiría a la cita. Había sido encerrada por su padre, don Ricardo Aldaya, tras descubrir su relación con Julián. La encerraron en la antigua habitación del aya Jacinta y la mantuvieron aislada, custodiada incluso por un médico cómplice. Miquel no dijo nada a Julián porque sabía que si él conocía la verdad, jamás se marcharía, y eso significaría su ruina.

Después, con Julián en París, don Ricardo desató su furia: buscó al joven como si fuera un criminal, arruinó a quienes creía cómplices y destruyó cualquier puente. Miquel siguió escribiéndole a Julián, protegiéndolo con mentiras piadosas. Penélope, por su parte, logró enviar una carta a través de una criada que fue despedida por ello. Miquel la buscó incansablemente. Un día, Jorge Aldaya le entregó una carta supuestamente escrita por Penélope, donde le decía a Julián que se casaba, que nunca lo había amado y que lo olvidara. Miquel no creyó que fuera sincera. No pudo enviarla. Sabía que Penélope estaba actuando por miedo, y sospechaba que don Ricardo había ido aún más lejos para castigarla.

Jacinta, fue encerrada en un manicomio. Antes de su internamiento, dejó un mensaje para Miquel, confirmando que Penélope había intentado contactar a Julián. Miquel fue entonces a buscar a Sophie Carax, madre de Julián, y descubrió que vivía en una pensión miserable, esperando un barco hacia América. Al mostrarle la carta falsa de Penélope, Sophie reveló la verdad: Penélope y Julián eran hermanos.

Sophie había llegado a Barcelona joven y sola. Fue seducida y abusada por Ricardo Aldaya, y quedó embarazada. Aterrada y sin apoyo, se casó con el sombrerero Antoni Fortuny, haciéndole creer que el hijo era suyo. Años más tarde, el destino juntó a los dos hijos de Ricardo: Julián y Penélope, que, sin saber la verdad, se enamoraron.

El descubrimiento es devastador. Todo lo vivido, lo sentido, lo perdido, adquiere una nueva dimensión trágica. El amor prohibido que los unió estaba marcado desde su origen por el pecado y la traición de otros. Y lo que parecía una historia de amantes separados por las circunstancias, se revela como una tragedia familiar, tejida por el silencio, la vergüenza y la manipulación.

Comentarios

Entradas populares